Hoy, 25 de Mayo, no es solo una fecha en el calendario; es el latir mismo del corazón argentino. Es el día en que gritamos con orgullo “¡Viva la Patria!”, recordando el inicio de nuestra lucha por la libertad, la soberanía y la construcción de la Argentina que soñamos.
Un día que cambió nuestra historia para siempre: En 1810, en nuestra querida Buenos Aires, un pueblo valiente se levantó. No fue una simple rebelión; fue el despertar de una nación. La deposición del virrey, ese representante de un imperio lejano, fue el primer paso firme en nuestro camino hacia la independencia. Fue el grito de un pueblo que ansiaba ser dueño de su propio destino, que soñaba con forjar su propia identidad.
La Primera Junta: El nacimiento de nuestra nación: La formación de la Primera Junta no fue solo un cambio de gobierno; fue el nacimiento de nuestra patria. Fue el momento en que, con valentía y esperanza, comenzamos a construir las bases de la Argentina que conocemos hoy. Un proyecto ambicioso, lleno de desafíos, pero impulsado por un sueño: ser libres e independientes.
El legado que nos une: Desde entonces, la Revolución de Mayo ha sido la llama que ha iluminado nuestro camino. Ha sido la fuerza que nos ha impulsado a superar adversidades, a luchar por nuestros ideales y a construir una nación cada vez más fuerte y unida. Su legado no es solo un recuerdo del pasado; es la esencia misma de lo que somos como argentinos.
Celebremos con el alma: Hoy, no solo honramos la memoria de nuestros próceres; honramos la memoria de todos aquellos que, a lo largo de la historia, han luchado por nuestra patria. Celebremos con el corazón lleno de orgullo, con la bandera flameando alto, con el himno resonando en nuestras almas. Participemos en los desfiles, en los actos, en todas las actividades que nos permitan expresar nuestro amor por Argentina.
